UNIA ESCENA BAEZA: ÉGLOGA DE PLÁCIDA Y VITORIANO
Plácida es una joven enferma de amor que se considera burlada por su amado Vitoriano quien no acude a la cita concertada; sus ansias se agudizan por el ambiente festivo propio de la noche de San Juan. Pero los amantes son victima de Cupido quien los ha hechizado y confunde a los jóvenes quienes, estando cerca, nunca llegan a encontrarse. Tratando de calmar el volcán de sus emociones, Placida abandona la ciudad rumbo al bosque; Vitoriano preso de la misma pasión, no busca sosiego en la soledad, sino en la amistad de Suplicio, quien con la filosofía de que «un clavo saca otro clavo» lo conduce a la casa non sancta de Flugencia. La Égloga de la Plácida y Vitoriano rinde un homenaje a La Celestina de Fernando de Rojas, introduciéndonos en los bajos fondos del entorno de Eritea una casamentera y embaucadora experta en ligazones y en componer falsas virtudes. Pero ni el bosque ni el amor ocasional logran calmar la enfermedad de los amantes: Vitoriano corre al bosque donde le han dicho que su amada huyó, pero Plácida ya ha tomado la decisión de quitarse la vida con un puñal. Vitoriano, descubre el cuerpo inerte de su amada, maldice a Cupido y evoca a Venus, quien emerge de la fuente donde ha caído Plácida. La diosa solicita la ayuda de Mercurio, quien surge de los aires. Los dioses paganos resucitan finalmente a Placida, dando fin a la comedia.
La Égloga de Plácida y Vitoriano (1513) presupone un punto de culminación de la obra dramática de Juan del Encina, con la combinación de los recursos de su teatro anterior y una mixtura de elementos literarios y teatrales diferentes. Encina que trata de permanecer ajeno a las influencias italianas, involucra en esta, su obra más larga, personajes paganos y dioses mitológicos. Aunque es una obra con elementos como el suicidio de la protagonista, la oración sacro profana, el infierno de Plácida, tiene un final feliz gracias a la utilización del recurso del deus ex machina.
La Égloga de Plácida y Vitoriano; plantea el conflicto entre el amor carnal y el amor ideal. Esta versión incluye un amplio repertorio musical latinoamericano y las imágenes y el vestuario de Pedro Ruiz, el reconocido artista plástico colombiano.